Al menos 46 personas murieron y otras 85 resultaron heridas en los bombardeos lanzados por Israel contra el Líbano, informó el Ministerio de Salud Pública libanés. Estos ataques del enemigo se han concentrado en ciudades y pueblos de las regiones del sur, Al Nabatiye, y de la Bekaa y Baalbek. Desde el inicio de las hostilidades entre Israel y el grupo chií Hizbulá, casi 2,000 personas han perdido la vida a causa de los ataques israelíes contra el Líbano.

La cifra de víctimas mortales asciende ahora a 1,974 y la de heridos a 8,789. La mayoría de las víctimas se han producido en el sur del Líbano y en los suburbios meridionales de Beirut, específicamente en el Dahye, un importante bastión de Hizbulá en la capital. La intensa campaña de bombardeos israelíes ha provocado el desplazamiento de casi 1.2 millones de personas, muchas de las cuales han buscado refugio en segundas residencias, hoteles, pisos de alquiler, y en albergues habilitados por las autoridades.

El Gobierno libanés solo ha registrado a 160,000 personas en estos albergues, lo que representa el 13.3% del total de la población desplazada hasta el momento. Algunas personas desplazadas incluso se han visto obligadas a dormir en las calles de la capital y en otras zonas consideradas seguras al norte de Beirut. La violencia entre Israel y Hizbulá se ha intensificado desde que las fuerzas israelíes iniciaron una campaña de bombardeos masiva hace dos semanas, causando la destrucción de localidades y pueblos enteros.

En medio de la violencia entre Israel y Hizbulá, la población libanesa ha sufrido graves consecuencias, con un alto número de víctimas mortales y heridos. El conflicto ha llevado a un gran número de personas a desplazarse en busca de seguridad y refugio. La situación en el Líbano es crítica, con miles de personas viviendo en albergues abarrotados o incluso en las calles de la capital.

La escalada de violencia entre Israel y Hizbulá ha generado preocupación a nivel internacional, ya que la región se enfrenta a una crisis humanitaria que empeora cada día. Ambas partes han sido instadas a detener las hostilidades y buscar una solución pacífica al conflicto. Mientras tanto, la población libanesa sigue sufriendo las consecuencias de la guerra, con un alto número de víctimas y desplazados que necesitan ayuda urgente.

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