La labor de los diputados y senadores dominicanos incluye una serie de beneficios que siguen favoreciendo a los congresistas incluso después de que abandonan su carrera legislativa. Estos beneficios incluyen pensiones que pueden llegar hasta los 208,000 pesos, dependiendo del tiempo que hayan trabajado en el Congreso. Los legisladores dominicanos cuentan con un sistema de pensiones establecido por ley en 1998, el cual ha sido modificado en varias ocasiones. Este sistema establece descuentos mensuales del 6 % de los salarios de los congresistas, o del 12 % para aquellos que ingresaron al Congreso a partir de 2016, además de un 10 % del presupuesto total de ambas cámaras legislativas.

A pesar de que algunos legisladores abandonarán el Congreso, ya sea por haber perdido en las elecciones o por no haberse presentado como candidatos en los comicios, al menos 43 de ellos recibirán pensiones que pueden llegar hasta los 208,000 pesos por cumplir con los requisitos mínimos de edad y tiempo de trabajo en el Poder Legislativo. Entre los congresistas que recibirán estas pensiones se encuentran Máximo Castro, Rafaela Alburquerque, Magda Rodríguez, Manuel Díaz, César Santiago Rutinel y Rubén Maldonado, quienes cumplen con las condiciones establecidas por la ley al tener 60 años de edad o más y acumular más de cuatro periodos legislativos, lo que les permite acceder a pensiones más altas.

Otros legisladores que dejarán el Congreso recibirán pensiones más bajas de acuerdo con la normativa, que establece que aquellos que hayan trabajado tres periodos legislativos recibirán el 60 % de sus salarios, mientras que los que hayan acumulado dos periodos recibirán el 50 %. Aquellos con solo un periodo recibirán pensiones equivalentes al 35 al 55 % de sus salarios, dependiendo de la edad en la que ingresaron al Congreso. Entre los legisladores que se pensionarán y tienen 60 años de edad o más se encuentran Ysabel Jacqueline Ortiz, Elpidio Báez, Rudy María Méndez, Dionisio de la Rosa, Darío Zapata, Juan Alberto Aquino, Santiago Vilorio, Juan Suazo, Esteban Cruz, Eduardo Hidalgo, Jesús Alberti, Francisco Solimán, María Mercedes Fernández y Gertrude Ramírez.

Por otro lado, al menos ocho senadores abandonarán la Cámara Alta con pensiones, siendo Franklin Peña el que recibirá la pensión más alta de 208,000 pesos mensuales, equivalente al 65 % de su salario de 320,000 pesos mensuales. Otros senadores que se retirarán con pensiones que van desde 112,000 hasta 160,000 pesos son Melania Salvador, Ramón Pimentel, Milciades Franjul, Virgilio Cedano, Valentín Medrano y Bautista Rojas. Estas pensiones han sido otorgadas desde que se promulgó la Ley 340-98 en 1998, la cual creó el Instituto de Previsión Social para el Congresista Dominicano (Inprescondo) con el objetivo de garantizar una calidad de vida adecuada para los exlegisladores.

El Inprescondo permite a sus miembros ahorrar recursos, acceder a ayudas especiales por incapacidad o fallecimiento, recibir jubilaciones y pensiones, y solicitar préstamos según sus necesidades. Este instituto se sustenta con fondos aportados por los propios legisladores y cuenta con una Junta Administradora. En resumen, la labor legislativa en la República Dominicana conlleva beneficios a largo plazo para los diputados y senadores, quienes pueden acceder a pensiones sustanciales una vez finalizada su carrera en el Congreso, garantizando así una jubilación digna y segura para los exlegisladores.

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