El juez de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y comisionado para la Iberoamericana de Ética Judicial, Justiniano Montero Montero, aboga por mantener el respeto a la inamovilidad y el sentido de la Constitución de cada país en la renovación de la integración de los tribunales supremos. Destaca la importancia de salvaguardar la sostenibilidad del estatuto del juez y enfatiza en la necesidad de seguir preservando las reglas claras del escalafón judicial en la designación interna de los jueces de los tribunales de fondo, para asegurar el acceso a la función de manera justa y en consonancia con la realidad social de la región iberoamericana.
Durante una reunión de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial en Madrid, España, el magistrado Montero abordó el tema "El estatuto del Juez, en el contexto de Europa, como de Iberoamérica". Se discutieron temas relacionados con los desafíos éticos de los poderes judiciales de la región iberoamericana, especialmente en lo referente al estatuto del juez, considerado como un eje de gran importancia en la sostenibilidad de la administración de justicia y la carrera judicial. Se resaltó que el valor de la carrera judicial es fundamental para el Estado de Derecho, la calidad de la democracia, la cohesión social y la paz, tal como lo establece la Agenda 2030 de la ONU sobre el Desarrollo Sostenible.
El magistrado Montero subrayó la importancia de establecer procesos de evaluación del desempeño cíclico para los jueces de los Tribunales Supremos, como un desafío relevante en la consolidación de la justicia y el fortalecimiento de la seguridad jurídica en cada país. Se hace hincapié en la necesidad de respetar el orden normativo de cada nación y seguir las reglas de juego establecidas, evitando los caprichos y asegurando la adecuada aplicación de la ley en beneficio de la sociedad. Se destaca la importancia de mejorar continuamente las reglas de acceso a la función judicial para mantener la transparencia y el cumplimiento de los principios éticos en el ejercicio de la judicatura.
En este sentido, la ética judicial juega un papel fundamental en la vida democrática de los países de la región iberoamericana, garantizando la imparcialidad, la transparencia y la justicia en cada proceso judicial. La ética en la judicatura es crucial para fortalecer la confianza de la ciudadanía en el sistema judicial y promover la igualdad ante la ley. Se resalta la importancia de trabajar en conjunto para mejorar las normas y los estándares éticos en la función judicial, con el objetivo de garantizar una justicia imparcial y efectiva para todos los ciudadanos.
En conclusión, la renovación de la integración de los tribunales supremos necesita ser abordada con respeto a la inamovilidad y a la Constitución de cada país, manteniendo las reglas claras del escalafón judicial y el acceso justo a la función judicial. Es fundamental establecer procesos de evaluación del desempeño cíclico para los jueces de Tribunales Supremos, así como mejorar continuamente las reglas de acceso a la función judicial para adaptarlas a la realidad social de la región iberoamericana. La ética judicial es un pilar fundamental en la consolidación del Estado de Derecho, la calidad de la democracia y la paz social, y es crucial trabajar en conjunto para fortalecer la transparencia, la imparcialidad y la justicia en cada proceso judicial.