El politólogo y catedrático Juan González señaló que la rivalidad entre Estados Unidos y China se intensifica debido a la competencia tecnológica en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial, donde la inteligencia artificial es un factor común. Actualmente, Taiwán produce más del 60% de los chips de última generación, lo que la convierte en un actor clave en la industria de alta tecnología a nivel mundial. Para Estados Unidos, controlar la industria de los chips es crucial para su seguridad nacional, ya que una eventual guerra entre China y Taiwán podría paralizar la economía estadounidense al depender de la fabricación de diversos productos.
González mencionó que Estados Unidos no tiene la capacidad interna para satisfacer sus necesidades de chips en caso de un conflicto en el Estrecho de Taiwán, lo que preocupa a las autoridades. Desde la publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional en 2017, China ha sido identificada como una potencia rival que busca desafiar el orden internacional liderado por Estados Unidos. La desconfianza hacia China ha llevado a Estados Unidos a implementar estrategias para reducir los riesgos en la cadena global de suministro, como trasladar la producción a países amigos o cercanos, lo que ha llevado a un proceso de desacoplamiento entre ambas potencias.
El presidente Joe Biden convocó en noviembre de 2023 la cumbre de los países de la Alianza para Prosperidad Económica de las Américas (APEP), en la cual la República Dominicana forma parte, con el objetivo de ser receptores de las inversiones destinadas a la relocalización de la fabricación de productos estratégicos, especialmente los chips. Mientras Estados Unidos invierte en la industria de semiconductores, China también está haciendo grandes inversiones para lograr la independencia en este sector crucial para su desarrollo tecnológico.
Estados Unidos está destinando más de 70 mil millones de dólares en la industria de los semiconductores a través de la Ley de Chips y Ciencia, al tiempo que busca obstaculizar el avance de China en este ámbito. La Administración Biden ha solicitado a países aliados que eviten exportar tecnología de última generación relacionada con la industria de los semiconductores a China. Si las dos potencias reducen su dependencia económica y la cooperación científica y tecnológica, el mundo podría dividirse en dos bloques liderados por Estados Unidos y China.
En el marco de la competencia tecnológica entre China y Estados Unidos, se enfatiza la importancia estratégica de Taiwán en la producción de chips de última generación. Esta situación ha llevado a una preocupación por la seguridad nacional estadounidense, especialmente en caso de un conflicto en el Estrecho de Taiwán. Estados Unidos ha identificado a China como una potencia rival desde la publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional en 2017, lo que ha llevado a la implementación de estrategias para reducir los riesgos en la cadena global de suministro y un proceso de desacoplamiento entre las dos superpotencias.
El presidente Joe Biden ha convocado a la cumbre de los países de la Alianza para Prosperidad Económica de las Américas (APEP) en noviembre de 2023, con la participación de la República Dominicana, con el objetivo de atraer inversiones para la relocalización de la fabricación de productos estratégicos, como los chips. Mientras Estados Unidos está invirtiendo en la industria de semiconductores, China también está realizando importantes inversiones para lograr la independencia en este sector clave para su desarrollo tecnológico. La competencia entre ambas potencias en el ámbito tecnológico podría conducir a una división del mundo en dos bloques liderados por Estados Unidos y China.