El joven español Daniel Sancho se encuentra en prisión en la isla tailandesa de Samui, acusado del asesinato del colombiano Edwin Arrieta. A pesar de la gravedad de su caso y el ruido mediático que ha generado, Sancho ha pasado cerca de ocho meses practicando yoga, entrenando Muay Thai y leyendo en un ambiente tranquilo y pacífico en la cárcel de Samui. A la espera de su juicio, donde podría ser condenado a la pena capital, ha compartido una celda con hasta 50 presos en un centro penitenciario considerado como "amable" en Tailandia.
A pesar de estar rodeado de naturaleza y en una zona tranquila, la cárcel de Samui se caracteriza por ser poco masificada y albergar a unos 500 presos, en su mayoría hombres con penas máximas de 15 años. Las visitas son cortas y se realizan a través de un cristal, manteniendo un ambiente de calma y orden. Los reclusos tienen un estricto régimen de vestimenta y deben cumplir con los recuentos diarios y las visitas con un uniforme beige de camisola y pantalón por la rodilla.
Sancho se encuentra en el módulo hospitalario debido a su estado de salud y ha convivido con un grupo de presos en una celda hasta ser trasladado a una más grande. Durante la mayor parte del día realizan actividades como el Muay Thai y yoga, aprovechando la biblioteca para leer libros que les entregan sus visitantes mientras esperan el juicio. A pesar de la falta de acceso a internet, buscan formas de mantenerse ocupados y conectados con sus familias mediante videoconferencias.
A lo largo de su estancia en prisión, Sancho ha recibido principalmente visitas de sus padres y ha mantenido un buen ánimo gracias a las actividades deportivas y lecturas que realiza. Aunque se le acusa de delitos graves como asesinato premeditado y destrucción del pasaporte, sostiene que actuó en defensa propia durante una pelea con la víctima. El juicio está programado para comenzar el 9 de abril y se espera concluya el 3 de mayo, con la participación de unos 50 testigos.
Si es condenado a más de 15 años de cárcel, Sancho sería trasladado a una prisión de mayor seguridad en Tailandia. A pesar de la incertidumbre sobre su futuro, el joven español se mantiene tranquilo y en espera de la resolución de su caso. Durante su tiempo en prisión, ha reflexionado sobre sus viajes, canciones favoritas y experiencias previas, buscando mantener su mente activa y enfocada en mantener la esperanza mientras aguarda el desenlace de su juicio en Tailandia.