La fiscal general de Nueva York, Letitia James, defendió ante un tribunal de apelaciones la multa de 454 millones de dólares impuesta al expresidente Donald Trump por fraude civil. Según James, existen pruebas abrumadoras de la culpabilidad de Trump, quien habría inflado el valor de su patrimonio para obtener préstamos favorables y otros beneficios financieros. Se argumenta que Trump y su compañía, la Organización Trump, utilizaron estrategias engañosas que perjudicaron al mercado.
El tribunal de apelaciones de Nueva York fijó el 26 de septiembre como fecha para escuchar los argumentos orales de Trump en este proceso, lo que hace poco probable una decisión final antes del día de las elecciones presidenciales el 5 de noviembre. La Corte Suprema de Manhattan limitó la capacidad de Trump de hacer negocios en Nueva York durante los próximos tres años, además de la multa impuesta como líder de la Organización Trump. Trump ha recurrido el fallo y ha acusado al juez de tener motivaciones políticas en su contra.
Trump ha alegado que se le está castigando por haber construido una empresa exitosa y haber ganado mucho dinero con grandes edificios. También argumentó que sus supuestas víctimas, principalmente bancos que le habían concedido préstamos favorables, habían obtenido ganancias con sus acuerdos. Sin embargo, la oficina de James señaló que la ley no exigía demostrar que las instituciones financieras que trabajaron con Trump hubieran perdido dinero y que el Estado tiene derecho a exigir el reembolso de las ganancias mal habidas.
En caso de que Trump pierda este recurso, sus reservas de efectivo podrían verse afectadas, e incluso sus cuentas bancarias podrían ser congeladas o algunas de sus propiedades embargadas. Esto podría perjudicar su imagen de gran gestor económico, que contrasta con las críticas que hace a las políticas de su adversaria demócrata, Kamala Harris, a quienes atribuye ser comunistas. La decisión final del tribunal de apelaciones determinará el futuro de Trump en este caso de fraude civil en Nueva York.