En lo que va de año, se ha registrado un aumento del 271% en los casos de malaria importados en el país, con un total de 240 contagios confirmados. La mayoría de los infectados se encuentran en las provincias sureñas de Azua y San Juan, donde se han identificado dos focos activos entre trabajadores inmigrantes que laboran en cosechas de habichuelas, tomates y otros cultivos. Ante esta situación, el Ministerio de Salud Pública ha desplegado brigadas para realizar operativos de fumigación y descacharrización en la zona, con el fin de eliminar los criaderos del mosquito transmisor de la enfermedad.
Las autoridades sanitarias han intensificado el seguimiento a los inmigrantes procedentes de Haití que ingresan al país para trabajar, con el objetivo de prevenir complicaciones de salud y detener la propagación de la malaria. Hasta el momento, se han confirmado un total de 440 casos de la enfermedad en el país, superando significativamente las cifras registradas en años anteriores. De estos casos, 290 corresponden a la provincia de Azua y 118 a San Juan, con un alto porcentaje de afectados inmigrantes haitianos.
Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, se espera que se incremente la reproducción del mosquito transmisor de la malaria, por lo que el director de la Dirección Nacional de Epidemiología ha instado a la población a tomar medidas preventivas para eliminar posibles criaderos de mosquitos. Es fundamental la colaboración de la comunidad en la eliminación de recipientes donde se acumule agua estancada, así como en la protección personal contra las picaduras de mosquitos, tanto en áreas urbanas como rurales donde se encuentran los focos de la enfermedad.
El Ministerio de Salud Pública ha reforzado las acciones de control y prevención de la malaria en las provincias afectadas, con el objetivo de reducir la incidencia de la enfermedad y proteger la salud de la población. Se han implementado estrategias de vigilancia epidemiológica, tratamiento oportuno de los casos confirmados y medidas de control vectorial para evitar la transmisión de la enfermedad. Las autoridades han enfatizado la importancia de la cooperación intersectorial y la participación activa de la población en la lucha contra la malaria.
En este contexto, es fundamental la colaboración entre instituciones públicas, organizaciones de la sociedad civil y la comunidad en general para prevenir nuevos casos de malaria y garantizar el acceso a la atención médica adecuada para aquellos que se ven afectados por la enfermedad. La educación y la concienciación sobre las medidas preventivas contra la malaria son clave para reducir su propagación y proteger la salud de la población en riesgo. La detección temprana y el tratamiento oportuno de la enfermedad son fundamentales para evitar complicaciones y reducir la carga de la malaria en el país.