El verano oficialmente llega a los Estados Unidos el 21 de junio y se extenderá hasta el 22 de septiembre, con temperaturas que ya rondan los 90 grados. En este país, la llegada del verano se celebra con diversas actividades y propuestas que las familias suelen disfrutar juntas.
A nivel mundial, las olas de calor provocan la muerte de alrededor de 10 millones de personas al año, siendo cerca de mil de ellas en los Estados Unidos. En la ciudad de Nueva York, el calor extremo ha ocasionado la muerte de aproximadamente 350 neoyorquinos, según el comisionado de Gestión de Emergencias de la ciudad.
Las personas más vulnerables a sufrir consecuencias graves por el calor extremo son aquellas en riesgo, como enfermos crónicos que toman medicamentos, deportistas, trabajadores al aire libre, niños, ancianos y quienes puedan ser olvidados en vehículos. Permanecer por largos periodos de tiempo en un ambiente caliente puede aumentar la incidencia de edemas, desmayos, calambres musculares, deshidratación severa y accidentes cerebrovasculares, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La OPS también señala que el calor extremo puede afectar las relaciones humanas, la capacidad de trabajo y concentración de las personas, ya que influye en la serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, la ansiedad y la depresión. Cada año, Estados Unidos realiza dos cambios de horario, adelantando una hora los relojes al comenzar el horario de verano y atrasándolos una hora al finalizar.
El objetivo principal de esta práctica es aprovechar al máximo la luz solar para beneficiar la economía y ahorrar electricidad. Con la llegada del verano, es importante tomar medidas de prevención ante el calor extremo para evitar consecuencias graves. Se recomienda mantenerse hidratado, utilizar ropa ligera y protector solar, evitar la exposición prolongada al sol y buscar refugio en lugares frescos en caso de necesidad.