La inflación en la zona euro experimentó una aceleración mayor de lo esperado en mayo, alcanzando un 2.6 % interanual, según datos publicados por Eurostat. La inflación subyacente, que excluye a la energía y los alimentos, aumentó del 2.7 % en abril al 2.9 % en mayo. El sector de los servicios mostró un aumento significativo, pasando de un 3.7 % en abril a un 4.1 % en mayo, mientras que los alimentos registraron una ligera disminución de 2.8 % en abril a 2.6 % en mayo. Alemania tuvo una inflación del 2.8 %, Francia del 2.7 %, Italia del 0.8 % y España del 3.8 %. Bélgica fue el país con la mayor inflación, alcanzando un 4.9 % en mayo.
La inflación de mayo superó el objetivo del Banco Central Europeo del 2 %, lo que pone presión sobre la institución para reducir las tasas de interés. Se espera que el BCE tome esta medida en su próxima reunión de política monetaria el 6 de junio. A pesar del aumento temporal en la inflación, expertos como Riccardo Marcelli de Oxford Economics, indican que esto no significa que la tendencia deflacionaria se haya detenido. Aunque es probable que el BCE reduzca las tasas en junio, es poco probable que lo haga de nuevo en julio.
Bert Colijn, economista senior del banco ING, señala que la inflación subyacente parece estar desacelerándose nuevamente, lo que genera incertidumbre sobre la futura trayectoria de la inflación. Sin embargo, las perspectivas salariales son lo suficientemente alentadoras como para que el BCE pueda recortar las tasas por primera vez desde 2019 en la próxima semana. A pesar de esto, queda la incógnita de cuántos recortes podrán seguir produciéndose en el futuro.
En resumen, la inflación en la zona euro experimentó una aceleración mayor de lo esperado en mayo, superando el objetivo del BCE del 2 %. Se espera que el BCE recorte las tasas de interés en su próxima reunión de política monetaria para combatir la inflación. A pesar de un aumento temporal en la inflación, los expertos consideran que la tendencia deflacionaria no se ha detenido. Las perspectivas salariales son alentadoras, lo que podría permitir que el BCE realice recortes adicionales en el futuro.