Más de 120,000 tareas de cultivos agrícolas están en peligro en la provincia de Santiago y sus alrededores debido a la rotura del tramo La Otra Banda del canal de riego Monsier Bogaert. La estructura colapsó debido a las lluvias registradas en la zona. Blas Antonio Domínguez, presidente electo del Consejo Nacional de Juntas de Regantes, señaló que los predios agrícolas de la región dependen del agua que circula por el sistema afectado, lo que pone en riesgo la producción de arroz, tabaco, plátanos y otros cultivos.
La situación actualmente afecta principalmente a las fincas arroceras, ya que este cultivo requiere mucha agua para desarrollarse adecuadamente. Jesús Vargas, presidente de la Junta de Regantes del Canal Monsier Bogaert, espera que las autoridades agilicen los trabajos de reparación del sistema de riego para evitar mayores pérdidas en la producción agrícola. El canal también abastece de agua a los acueductos de varias localidades, dejando a unas 80,000 familias sin suministro de agua potable.
Ante la rotura del canal, Andrés Burgos, director de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan), ha dispuesto una flotilla de más de 20 camiones-cisterna para suplir de agua potable a las familias afectadas. Además, obreros al servicio de ingenieros del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) están trabajando en la reparación del tramo colapsado para restablecer el suministro de agua lo antes posible.
El director del Indrhi, Olmedo Caba, garantizó que para el próximo fin de semana se habrá rehabilitado el canal de riego Monsier Bogaert, durante una visita de supervisión de la obra. Esta reparación es fundamental para salvaguardar la producción agrícola en la región y asegurar el suministro de agua tanto para los cultivos como para las familias residentes en las localidades afectadas. Es importante que se actúe con rapidez para evitar mayores pérdidas y riesgos para la economía local.
La ruptura del canal de riego Monsier Bogaert ha generado una crisis en la región, poniendo en peligro no solo los cultivos agrícolas, sino también el suministro de agua potable a miles de familias. La colaboración entre las autoridades locales, los regantes y los organismos encargados de la reparación es vital para garantizar una pronta solución a este problema. La comunicación y coordinación entre los diferentes actores involucrados será clave para minimizar los impactos negativos de esta situación.