El superintendente de la Policía inglesa de Northumbria, Mark Hall, informó que cuatro policías están hospitalizados y diez personas fueron detenidas después de los disturbios en Sunderland, en el noreste de Inglaterra. Los seguidores de un grupo de extrema derecha incendiaron un vehículo y un edificio, arrojando piedras y latas de cerveza a los agentes en protesta por el asesinato de tres niñas en Southport. Hall describió las escenas como "impactantes" y "horribles" debido a la violencia sostenida.

Hall confirmó que cuatro oficiales resultaron heridos durante los disturbios, uno de ellos fue herido gravemente en un accidente y está recibiendo tratamiento en el hospital. Advirtió a los responsables que se les aplicará todo el peso de la ley y condenó la intención de crear división entre la comunidad. La vicepresidenta del Ayuntamiento de Sunderland, Kelly Chequer, calificó la violencia como "totalmente inaceptable" e indicó que muchos de los presentes no eran de la ciudad, llegando solo para causar caos y tensión.

En la ciudad de Sunderland se congregaron cientos de personas en la plaza Keel, algunas portando banderas de Inglaterra y coreando consignas en apoyo a Tommy Robinson, líder de la Liga de Defensa Inglesa, un grupo de extrema derecha. El agresor del ataque en Southport fue identificado como Axel Rudakubana, un joven de 17 años nacido en Gales, hijo de padres ruandeses, que se encuentra detenido y acusado. Estos incidentes ocurrieron después de otros disturbios en Southport donde seguidores de extrema derecha incendiaron un vehículo y atacaron una mezquita.

Hall enfatizó la necesidad de respetar la ley y condenó la violencia sin sentido liderada por una minoría con una agenda de odio. Las autoridades locales reafirmaron que no hay lugar para la violencia y el caos en la ciudad y que estas acciones son repudiadas por toda la comunidad. La policía está comprometida a garantizar la seguridad y el orden público, tomando medidas enérgicas contra quienes inciten a la violencia y la división.

En declaraciones a los medios, tanto Hall como Chequer expresaron su rechazo a la presencia de personas que buscan generar confrontación y promover el odio. La sociedad de Sunderland se encuentra unida en condenar estos actos de violencia y en trabajar juntos para mantener la paz y la armonía en la ciudad. Se espera que los responsables de los disturbios enfrenten las consecuencias legales de sus acciones y que se tomen medidas para prevenir este tipo de incidentes en el futuro. La comunidad se muestra decidida a mantener la calma y la convivencia pacífica.

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